un “palabrero”.9 Aprendemos de una vez, entonces, que la cultura local no siempre recibe al misionero con brazos abiertos. Además, es probable que los atenienses ni siquiera entendieron el mensaje claramente. Pensaban que Pablo predicaba a dos dioses: Jesús (Ἰησοῦς), cuyo nombre pueden haber asociado con ἴασις “sanidad” y Ἰχασώ, la forma irónica del nombre de la diosa de la salud (Hch. 17:18),10 y otro dios local de la salud llamado Anastasis (Hch. 17:18).11 Vemos aquí, entonces, que nuestro
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